Esa noche, me estaba preparando para dormir, y entonces, los pasos regresaron… los ruidos, las voces. Esas voces murmuraban cosas que no podía entender y luego, ese delicioso olor, lavanda.. y la imagen de Cyan brillaba en la oscuridad de mi habitación, sentía como una tranquilidad, aunque seguía pensando que era un idiota.
-me extrañaste?-
Me quede en silencio, mientras el me miraba
-si- lo dije para ver su reacción
-ah… en serio?-
-si-
-no me lo esperaba-
Comencé a reírme –yo se-
-tonta- y se paro al lado de la ventana
-por fin me vas a contar de donde saliste?- me senté en la cama.
-si, te cuento-
Pareció como si respirara profundo antes de comenzar.
El, también estuvo vivo hace mucho, dijo que había muerto en el año 1900 y que era de un país lejano, en Europa, que hacia frio, pero que le gustaba ese ambiente.
Dijo que su muerte había sido horrible, pero que lo mas probable es que la mereciera así, porque el no era una persona amable. Dijo que de las cosas malas que una persona podía hacer, creía que las había hecho todas. Al contarme eso, parecía como perturbado, como si sus propios recuerdos lo torturaran.. Dijo que nunca había tomado la vida de nadie, físicamente, pero que si había hecho que muchos desearan que lo hubiera hecho, y que la forma de matar a alguien, no era únicamente asesinando su cuerpo, sino sus sueños, sus sentimientos, su alma. Y ahí se detuvo, siguió mirando por la ventana.
-y por que estas conmigo?-
-por demalas-
-todas tus respuestas son “por demalas”?-
-no… pero lo digo, cuando no tengo nada mas que decir-
-y por que no tienes nada mas que decir?-
-podrías dejar de hacer preguntas?-
-ah… NO-
Y se desvaneció, no podía creer que me hubiera dejado hablando sola, aunque de alguna forma entendía su actitud. Mientras el me contaba lo triste que estaba por las cosas que hizo cuando estaba vivo, sentía su tristeza y hasta su dolor.
-oye pero por que te vas?- dije al vacío, pero al parecer, si se había ido, por que ninguna de sus respuestas ingeniosas se presentó.
* * *
Los días seguían pasando, y el no aparecía. Por primera vez desde que regreso a mi vida lo estaba extrañando. No sabía por que, pero tenia ganas de preguntarle.
Mientras mi hermano tocaba la guitarra y yo me perdía en su sonido, Alex apareció a mi lado
-hola- saludó
-hola- susurre
-por que susurras?-
-por que el no te puede ver- señale a mi hermano
-y?-
-como que ¿y?, no se supone que ustedes existan-
-mmm…- se quedo en silencio un momento- pero mucha gente sabe que existimos.. o si no, pregúntale a tu mama-
-a mi mama?, y ella que tiene que ver?-
-pues ella, podía ver y sentir cosas que los demás no.. como tu-
-solo que ella no estaba loca- dijo Cyan apareciendo detrás de mi
-oye, cuales son tus bases para decir que estoy loca?- dije sin voltear a mirarlo
- no le hagas caso, es solo por llamar la atención- dijo Alex con su voz calmada y profunda. Yo respire .
-ah.. Bueno.. pero como así que mi mama… no te entiendo?-
-pues… todo es cosa de elección-
En ese instante, Alex se levanto y comenzó a caminar por la casa, y yo a seguirlo.
-ella cuando era joven, tubo un momento como tu y un día decidió que quería que todo eso acabara, y así lo hizo.. y sus guardianes, simplemente… desaparecieron- íbamos camino a la cocina, y se detuvo en la puerta de mi mamá. En ese momento, sonó una campanilla de esas que se cuelgan en las puertas, y suenan de forma aguda cuando el viento las mueve. Entonces, Cyan y Alex, desaparecieron en medio de una expresión de dolor.
Luego de ir a la cocina y encontrar algo de comer, entre a mi habitación, me senté en la cama, y luego con calma, analice los eventos.
Cyan apareció, luego Alex, luego me dicen que lo elegí, luego que mi mama también podía hacer esto.. Ah claro, y Maria, podía verlos. Fácil, solo que no entendía nada, por que a pesar de todo, de lo tonto y arrogante, Cyan era atractivo y Alex … era otra historia.
Y todo eso unido a mi adolescencia era un cuento complicado.
Mi habitación era pequeña, tenía una cama sencilla, con un cobertor azul y las almohadas nunca hacían juego. Un armario mediano, que se mantenía desordenado con mangas de camisa colgando de un lado al otro y todas esas cosas, al frente de la cama había un escritorio en el que estaba mi computador y algunos cuadernos del colegio. Debajo de la cama usualmente estaban mis zapatos que casi siempre eran tenis, y los zapatos del uniforme. Tenia un par de afiches pegados en la parte de adentro de mi armario con las caras de los backstreet boys, me encantaba mirarlos por la mañana. En el techo habían algunas estrellitas pegadas de esas que brillan en la oscuridad, y diagonal a la cama había un tocador que hacia juego con la cama y con una mesita de noche que nunca se veía por que tenia doscientas mil cosas encima, y a su lado estaba la ventana. En ese tocador había un espejo de medio cuerpo y también estaban mis cosas personales como mi loción y algunos papeles que en esa época me parecían útiles por que me traían recuerdos de mi niñez, aunque de todas formas, no me acordaba de nada. Al llegar, me senté en al frente del computador. Puse algo de música y me acosté a escucharla. Entonces Cyan regreso
- podríamos quitar las campanitas?- pregunto con una expresión algo sumisa.
-porqué?-
-por que.. pues, nos molestan… y.. por que si..-
-ah, ya… hablare con mi mama, a ver que me dice, pero creo que a ella le gustan mucho-
-por favor... te lo ruego-
Sonreí un poco
-me estas rogando?.. Eso es nuevo, antes ni pedias el favor y ahora me ruegas… yo creo que me estas queriendo- dije entre risas.
Cyan alzó su ceja izquierda, mientras yo esperaba que dijera que no me quería, o alguna otra de sus respuestas ingeniosas
-yo si te quiero… si no, no estaría contigo-
Yo pare de reír, y lo mire con asombro mientras me sentaba en la cama, era extraño para mi que me dijera que me quería o por lo menos, que yo considerara la posibilidad de que fuera cierto
-en serio?-
-si…-
Solo dijo eso, y volteo la mirada. Hubo uno de esos silencios incómodos, así que para romperlo, pregunte por Alex
- y que se hizo tu amigo?-
-cual amigo?- dijo aun sin mirarme
-pues Alex-
-el no es mi amigo-
-huy que feo, no digas eso- dije, por que me parecía descortés que Cyan dijera que Alex no era su amigo
- pues es que no lo es… el es mi bisnieto-
Me quede en silencio, no sabia que decir ante eso… como era posible…
- pero si moriste a los 17 años… como es posible que…-
-pues.. Siendo posible.. Así, nada mas…- me interrumpió
Al escuchar esa respuesta me quede en silencio, no sabia que pensar de Cyan… no sabia si debía seguir preguntando, o mejor no. No sabia si lo correcto era que el estuviera cerca de mi o era mejor alejarlo.-
-eres mi ángel guardián?- pregunte entre mi confusión
-no pienso responder eso-
-por que no?-
-pues…- se quedo en silencio y me miro a los ojos, esa mirada me hizo estremecer -pues, por que hay cosas que no debes saber aun-
-pero algún día me lo vas a decir?-
-si, algún día-
Dio media vuelta, y salio de la habitación atravesando la pared que daba hacia la cocina.
* * *
Pasaron varios días, y las cosas seguían normales, el no aparecía y Alex tampoco.
Después del quinto día, deje de pensar en el, parecía que no era tan importante.
Un miércoles en la tarde Salí a caminar con Maria, nos estábamos comiendo un delicioso helado de café.
Íbamos por una calle estrecha que en la casa de la esquina decía en letras blancas “calle 15”, con casas a ambos lados, al final de la cuadra, la calle se cruzaba con una avenida, y había un parque con ancianos que les lanzaban pedazos de pan a las aves y una iglesia muy hermosa al fondo. Había bastante gente, pero no parecía tanta por lo grande que era la avenida. Todos caminaban de un lado a otro y como era un día caluroso parecía que se asaran. A la distancia vi a un chico, estaba bastante lejos, pero se podía ver lo atractivo que era, su piel era muy blanca, y parecía brillar, era interesante y no solo eso, era bastante llamativo, estire el cuello para verlo mejor entre la multitud pero Maria me tomo del brazo para seguir caminando, entonces a los pocos segundos lo perdí de vista
-huy, que lindo, por que los chicos lindos, están lejos o están comprometidos?- dijo Maria. Yo solo me reía, era gracioso pensarlo, pero era cierto.
Estábamos a punto de cruzar la calle, estaba parada en la acera, y el semáforo estaba en rojo, eso significaba que podíamos pasar, lentamente, moví mi pie derecho para ponerlo sobre la calle, y de repente sentí una mano sobre mi hombro que me halaba hacia la acera nuevamente y en ese preciso instante, una motocicleta paso a una altísima velocidad… yo respire profundo, y Maria dejo salir un grito “mudo”
Al mirar hacia atrás, pude ver una figura masculina, era Cyan?... si, era él, pero se veía diferente, mas humano.
-pon atención, no puedo estarte salvando a toda hora- y miro para otro lado
Yo en medio de mi conmoción solo dije –si, claro- y me quede mirándolo
Maria parecía estar más asombrada que yo, tenia la boca abierta y no dejaba de mirarlo, parecía que ni parpadeara.
-Cyan?- dije mientras el solo alzaba la ceja
-ahí no... Como crees?..- y luego se rio.
A los pocos segundos, otro chico se nos acerco, era rubio, se parecía mucho a Alex.
Yo solo me quede mirándolo y le sonreí
-no le hagas caso a Cyan, es un amargado- dijo mientras le ponía la mano en el hombro a Cyan y el solo lo miraba con una cara que pretendía mostrar seriedad.
-ah, ya, bueno…que puedo decir?- dije algo confundida
-podrías decir GRACIAS-
-eh- alce la ceja, su extraño desdén dejo de parecerme gracioso –gracias, pero podrías ser mas amable - susurre
El solo se quedo mirándome –bueno, ya me tengo que ir- dijo el caminando hacia atrás
-pero no nos tenemos que ir- dijo Alex, quien tenia una apariencia muy tranquila y amable. Lo mire y le sonreí, el solo sonrió de vuelta… Era muy lindo pero a mi me gustaba mas Cyan. No, un momento, Cyan no me gustaba, era como, que me intrigaba.
-si, nos tenemos que ir!- afirmo Cyan mientras Maria se paraba a su lado
-a donde?- pregunto ella mientras Alex se reía con un gesto de incredulidad
-pues no se, a alguna parte- dijo Cyan hablándole a Maria muy despacio, como si ella tuviera problemas auditivos
-bueno, vete, nosotras nos quedamos con Alex- me reí mientras le tomaba la mano a Alex, y él alzaba los hombros como diciendo ‘que puedo hacer?’
-no, ni se les ocurra que las voy a dejar con el, para que quieren que me quede acá?- dijo Cyan algo distante, como si no fuera necesario que estuviera cerca.
-no se, para dar una vuelta- comencé a caminar, y aun tenia a Alex de la mano.
El sol brillaba en la mitad del cielo que tenia algunas nubes blancas. Era uno de esos días en los que te puedes acostar a mirar el cielo y buscarle forma a las nubes.
Las manos de Alex eran frías, pero al mismo tiempo transmitían una calidez casi igual a la de su mirada. Sus ojos castaños y su cabello rubio, contrastaban casi perfectamente con su piel blanca, pero de apariencia bronceada.
Comenzamos a caminar y Maria tomo a Cyan del brazo, al llegar cerca a mi casa me senté debajo de un árbol, y Alex a mi lado. Dando la vuelta al árbol se sentaron Maria y Cyan.
-por que Cyan es así?- pregunte rompiendo el silencio
-no se, siempre ha sido igual- dijo encogiendo los hombros –bueno, no, desde que yo lo conozco es igual, a veces es peor, y no le gusta hablar de su pasado- respiro profundamente tratando de encontrar las palabras correctas – creo que algo lo atormenta, no se que podría ser, pero, igual, te quiere un montón-
Mire hacia atrás donde estaban Maria y Cyan para cerciorarme de que no estuviera escuchando
-no se por que, pero creo que también lo quiero, he soñado con el, pero no se si es que el se mete en mi cabeza a jugar ahí-
-puede ser- Alex se rió y se acerco a mí –pero puede ser que lo quieras mucho de verdad, uno nunca sabe-
Lo mire con una expresión de incredulidad mientras movía la cabeza para mirarlo de frente –tu crees?-
-no se, como saberlo, eres tu la que siente- mientras cogía una ramita en sus manos y le daba vueltas incesantemente
-pero tu eres el psicólogo… no?- arquee las cejas
-si bueno, eso… ERA psicólogo, ahora solo soy un ang…- y se detuvo para mirar a Cyan. Parecía que no debía pronunciar esa palabra, como si me revelara algo que se supone que yo no debería saber.
-un ang…que?- pregunte
Se acerco a mi y me susurro al oído –un ángel- su voz me hizo estremecer
-un ángel?- pregunte exaltada, como así que Alex era un ángel sentado a mi lado con la mirada perdida. Como así que lo que había estado jugando con mi mente los últimos días era un ángel, mi ángel guardián?. Pero como era posible que hubieran estado vivos, como era posible que Cyan hubiera sido una mala persona?. Nunca había escuchado de un ángel llamado Cyan y que oliera a lavanda.
-un ángel?- trate de fingir que no había escuchado bien, pero estaba segura de lo que el había dicho.
-shhh- hizo un gesto con la mano – el no puede saber que te dije… si?-
Asentí en silencio mientras me perdía en los ojos de Alex.
Entonces Cyan se movió un poco alrededor del árbol, para mirarnos casi para vigilarnos, mientras Alex y yo solo nos miráramos a los ojos, sentía como si le hablara y el contestara con una mirada perturbadoramente perfecta.
-muy ocupados?- pregunto Cyan mientras ambos volteábamos a mirarlo
-no, para nada- dijo Alex tranquilamente y mi pulso se aceleraba.
-quieren comer algo?- se detuvo unos segundos –hace mucho que no siento el sabor y ya lo extraño- mire a Alex buscando una explicación
-luego te digo- susurro y se puso de pie, al mismo tiempo que Cyan y Maria
Cyan me extendió la mano para ayudarme a levantar. Yo la tome, estaba fría, tal como la de Alex; pero al tocarlo, sentí una corriente eléctrica que recorría mi cuerpo, deje de sentir la punta de los dedos, y antes de pensar en levantarme deje mi mirada fija en su rostro que tenia una bella sonrisa dibujada y hasta parecía que se sonrojaba y tenia un ligero brillo en sus ojos. Luego de darme el lujo de observarlo unos segundos, me puse de pie lentamente, mientras seguía mirándolo. El era mas alto que yo, su presencia era imponente, me imaginaba como se vería con alas. Seria que usaba alguna ropa extraña o era ropa normal?.
Comenzamos a caminar, para buscar algo de comer, y no pude evitar estar cerca de Cyan. A mi lado derecho estaba Alex, y a mi lado izquierdo estaba Cyan, y mas allá estaba Maria. Estaba en medio de estos dos “hombres” que más parecían figuras sacadas de una revista. Cyan tenía una camisa tipo polo de color azul cielo que resaltaba sus ojos, y unos jeans. Alex vestía una camiseta roja que atraía las miradas, y unos jeans de color negro. No importaba lo que hicieran parecían rodando una película. Hasta el viento parecía jugar con su cabello. Y Maria y yo parecíamos desentonar. Sentía que la gente nos miraba como preguntándose “que hacen ellas con ELLOS?”, aunque igual, no me importaba mucho. Sentía una extraña excitación como si, hubiera esperado ese momento por mucho tiempo.
-podemos hablar?- mire a Cyan esperando una respuesta. El sin mirarme dijo
-si, claro- me tomo de la mano y cuando lo hizo sentí que moría. Se movió unos pasos hacia un lado para dejar a Maria y a Alex adelantarse y en ese momento me miró
-dime- arqueó las cejas
-que eres?, quien eres?... eres… hum… real?- dude un poco antes de pronunciar esa ultima palabra. Parecía tonta preguntando que si era real. Obviamente lo era, su olor, verlo ahí a mi lado, y hasta podía tocarlo. Podía ser real. Aunque últimamente me había estado preguntando acerca del verdadero significado de la palabra realidad. Que tal si lo que vemos es solo una pequeña fracción de lo que realmente existe?. Es posible saber cosas antes de que sucedan? Lo palpable es real?. Después de ver películas como matix, o viajar entre los armarios para llegar a mundos maravillosos, me preguntaba si eso era remotamente posible, o de donde salían esas extrañas ideas de mundos paralelos, de ángeles caminando entre nosotros. De donde había salido la idea de seres “alados” que nos cuidaban, que hacían parte de nuestra vida cotidiana, a quien se le ocurrió que eran hermosos, y por que?
Me preguntaba entonces que era real y que no, a pesar de ser muy estricta con la realidad que deseaba creer, ya no estaba tan segura de saber que pertenecía a ese régimen y que no. Que era lo remotamente posible, creíble, y que era lo que definitivamente no iba a tener un espacio en mi mente o en mis creencias.
-que soy?- dijo cuestionando mi integridad mental. Estaba con un gesto algo burlón y una media sonrisa.
-si, me escuchaste, que eres?-
-no me ves?, soy una persona!- se rió, y mantuvo su gesto burlón
- te veo, pero no pareces persona, por lo menos no una normal, entonces como llamas tu tipo de persona?- en ese momento dejo de caminar, y dirigió su mirada al frente pero ahora su gesto burlón se había ido
-ehmmm…- dudo un poco –para que quieres saber eso?-
-no es para decirle a nadie, sabes que me encanta saber… o no?-
-si, yo se, pero… para que?-
-quiero conocerte- solo dije eso, y me quede mirándolo mientras el miraba como Alex y Maria se alejaban.
-pues yo…- respiro profundamente antes de continuar –yo soy un tipo de persona que aun no conoces, es que tu no sabes muchas cosas, sobre… muchas cosas- dijo con un aire de inocencia que no se podía ocultar, al fin parecía que su extraña caparazón se disipaba
-como que tipo?, ilumíname con tu sabiduría- dije cruzando los brazos, esa excusa me parecía pobre.
-soy un…- parecía estar pensando en otra excusa, no me miraba a los ojos y eso me ponía de mal genio. A lo lejos podía ver a Alex y a Maria que seguían caminando.
–un …- continuó –un ángel-
Por fin lo había dicho, el era un ángel. Creí sentir felicidad, pero a los pocos segundos me daba cuenta de lo poco razonable que eso sonaba.
-un ángel?- a el se le escuchaba menos creíble que a Alex.
-si, uno de esos seres alados y gorditos que están en las pinturas del renacimiento-
Alce la ceja al escuchar lo de los gorditos.
-ya, veo… entonces si eres mi ángel guardián?-
-no empieces con eso otra vez, no te voy a decir- comenzó a caminar rápidamente
- oye, espérame- trate de alcanzarlo y mantener el paso- que feo… no deberías ser tan grosero-
- no soy grosero, soy evasivo, que es diferente- siguió caminando sin mirarme, pero ya no lo hacia tan rápido –por que no puedes… solamente pasar el tiempo conmigo sin hacer esas preguntas?-
-por que… por que…- me quede con la boca abierta unos segundos tratando de buscar una respuesta lo suficientemente ingeniosa como para darme la razón de seguir preguntando incesantemente, dentro de mi cabeza no lograba pescar ningún pensamiento coherente al respecto
-porque… - insistió el
-bueno, por que, quiero saber a quien tengo al lado-
Su respuesta fue corta, extraña y muy rápida –me tienes a mi- me tomo de la mano lentamente y siguió caminando. En la esquina podía ver a Maria y a Alex esperándonos, parecía que nos había tomado una eternidad terminar de caminar esa cuadra.
Al llegar a ellos, Alex tenia algo en la mano, parecía pastel o algo así, se lo entrego a Cyan quien inmediatamente lo mordió y comenzó a comerlo como si fuera la ultima vez que iba a probar comida, cerro los ojos, y se tomo su tiempo para saborearlo.
Maria y yo solo lo mirábamos mientras Alex tomaba una gaseosa.
Estábamos atraídas profundamente por el disfrute de Cyan ante la comida. Era evidente que ese pastel no era lo mas refinado que se puede encontrar, y mucho menos la comida mas deliciosa. Pero de igual forma parecía que le diera un profundo masaje a su boca, como si todos sus sentidos se hubieran detenido para que el gusto tomara el poder.
-esta rico?- pregunto Maria, a lo que Cyan solo hizo un ruido –ajam- y siguió masticando lentamente.
-déjenlo que se concentre- dijo Alex con una sonrisa –hace mucho que no comía-
Lo mire expectante, el había dicho que me explicaría luego.
-dijiste que me ibas a explicar- reitere en caso de que no notara mi expresión.
-ah, si claro, lo que pasa es que estando en nuestra forma etérea, no tenemos los mismos sentidos que ustedes, nosotros, no tenemos tacto, ni olfato, ni gusto… pero si visión y audición, también volamos, y traspasamos cosas… -en ese punto se rio un poco antes de continuar- también podemos pasar de una dimensión a otra, y de un plano a otro, y podemos sentir cosas que … no se sienten- susurro la ultima parte de su explicación, mientras mi amiga y yo permanecíamos inmóviles tratando de comprenderlo.
-ahh- asentí pretendiendo entender – ya.. Veo- dirigí mi mirada a Cyan, quien estaba a punto de terminar, y luego mire a Alex.
-entonces, que hacemos ahora?-
-seguimos caminando- dijo Alex mientras Cyan daba una ultima probada a lo que estaba comiendo. Al terminar me miro, y sus ojos brillaban, parecía que era fácil hacerlo feliz, tenia una sonrisa de satisfacción. Seguimos caminando por una calle bastante estrecha, pero habían muchas personas por ahí. Alex nos contaba como era su vida antes de morir, que le gustaba y que no, hablaba de su hermosísimo “porsche” y de su casa en Londres.
Maria y yo solo lo mirábamos, a los pocos segundos se me ocurrió una pregunta que no sabia si el querría contestar
-puedo preguntar algo?- dije y me quede mirándolo –si no quieres no tienes que contestar!- Cyan me miro
-oye, eso no es justo, a mi nunca me dices eso- dijo en tono gracioso
-déjala preguntar- dijo Alex mientras me miraba.
Respire profundo lanzándole una mirada fulminante a Cyan – pues, como moriste?-
Sentí muchas miradas sobre mi mientras preguntaba eso, creí que me habían escuchado, por que todo el mundo parecía haberse detenido para escuchar mi pregunta.
Cyan comenzó a caminar y Alex a seguirlo, por supuesto Maria y yo también, a los pocos pasos cuando parecía que no llamábamos más la atención dijo
-pues, fui asesinado- eso fue todo, esperaba una historia detallada de cómo era la muerte, esperaba la luz al final del túnel y todas esas cosas, pero no, su respuesta fue “fui asesinado”. Nos quedamos mirándolo, esperando a que dijera algo mas, pero no lo hacia, por otro lado, todas las personas de las que nos habíamos ganado las miradas antes, nos volvían a observar con intriga. Maria, que es algo insolente dijo mirando hacia esas personas
- que?, les quieren tomar una foto?.. es que nunca habían viso unos así o que?- señalaba a Cyan y a Alex, mientras yo intentaba esconder mi cara en alguna parte.
Luego de esperar unos segundos por una respuesta, un chico se acerco amablemente a Maria y le susurro algo, a lo que ella parecía muy sorprendida, el chico se fue caminando lentamente y sin mirarnos de nuevo. Yo seguía tratando de ocultar mi cara mirando hacia otro lado, me sentía con las orejas rojas, con muchísima vergüenza. Ella comenzó a caminar en silencio
-que te dijo?- pregunte mientras empezaba a seguirla
Ella no me miro y siguió caminando
-oye, que te dijo?- la tome del hombro para hacerla que me mirara
-dijo que estábamos hablando solas!- susurro y miro para los lados –no hay nadie con nosotras-
Al mirar alrededor, algunas personas aun nos observaban. Cyan seguía de pie al nuestro lado al igual que Alex.
-como así?, aquí están estos dos-
Maria se quedo mirándome –tócalos entonces!- me moví lentamente hacia Cyan para tocar su mano. Esperaba sentir el frio, pero también la corriente eléctrica recorriendo mi cuerpo. Mientras me acercaba Cyan me miraba algo confundido, y yo tenia cara como de miedo, no sabia a lo que Maria se refería. Moví mi mano derecha hacia el y entonces… no había mano, ni cuerpo, ni nada, no se sentía nada. Camine a través de él, no había nada en lo absoluto. Después de pasar varias veces a través de el, me quede mirándolo asombrada
-lo siento- dijo y desapareció en el aire, junto con Alex.
Mire a Maria algo desconcertada –que fue eso?- dije muy despacio, pronunciando cada palabra lentamente, tratando de darme yo misma la respuesta, y luego pregunte de nuevo un poco mas exaltada – QUE FUE ESO?-
Maria solo se quedo mirándome, no dijo ni una palabra. Me tomo del brazo, y comenzamos a caminar de regreso a mi casa, fue un paseo silencioso, no me había dado cuenta de que nos habíamos alejado tanto.
-por que crees que desaparecieron?- pregunte cuando estábamos a punto de llegar a la puerta
-no se- dijo fríamente
-Maria, tu si sabes-
- NO- me dio una mirada fulminante –yo no se nada-
Comenzó a caminar en la dirección contraria.
-espérate!- dije tratando de llamar su atención sin éxito, parecía que algo pasaba, todos me ocultaban algo, y me sentía muy tonta. Ya me estaba comenzando a preguntar quien era Maria, obviamente algo había cambiado en mi mejor amiga, pero aun no estaba segura de que podría ser.
Entre a la casa y puse las llaves sobre una mesa pequeña al lado de la puerta, me quite la chaqueta y la deje caer sobre el sillón y seguí mi camino hacia la cocina. Tome un vaso de la gaveta, y lo llene de agua. Comencé a tomarlo, y en ese momento recordé como Cyan saboreaba el pastel, y como Alex dejaba que las burbujas de su gaseosa jugaran con su lengua. Entonces comencé a saborear el agua, como era posible que dijeran que era insabora? El agua tenia un sabor algo dulce, muy ligero y refrescante, pasaba lentamente por mi garganta relajándola, y además de eso quitándome la sed, se podía sentir su transparencia, sabia casi como se veía, fluida, ligera, dulce, deliciosa. Al terminar de beber el vaso de agua me dirigí hacia mi habitación, abrí la puerta y me deje caer pesadamente sobre la cama mirando hacia el techo. Aun no sabia quien era él, y lo peor, ya no sabía quien o que era mi mejor amiga.